La Cruz Roja ha presentado su 7é estudio del Observatorio de la Vulnerabilidad. Esta edición trata de cómo la crisis económica afecta a la salud. El informe está hecho en base a 1026 encuestas telefónicas entre sus usuarios.
El estudio analiza diversos factores socioeconómicos y de estilos de vida que tienen un marcado impacto en la salud. En nuestro caso, pero nos haremos eco de lo que hace referencia a la pobreza energética. ja en este artículo de nuestro blog hicimos una recopilación de literatura académica que demostraba la relación entre la pobreza energética y determinadas afecciones de la salud, sobre todo aquellas vinculadas con el aparato respiratorio, las cardiovasculares y las alergias.
Recuperem ara una cita que apareix al citat informe de la Creu Roja de l’Informe de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), de junio de 2014, titulado "Crisis económica y salud"
"La dimensión relacionada con las condiciones físicas de la vivienda (…), la humedad, el moho y la baja temperatura en el interior de la vivienda, una mala refrigeración y el hacinamiento se han relacionado con patologías alérgicas y respiratorias, así como ansiedad y depresión. La imposibilidad de mantener una temperatura adecuada del hogar se ha relacionado con una mayor mortalidad y morbilidad, principalmente por patologías cardiovasculares y respiratorias. Una vivienda inadecuado puede también exponer a sus residentes en alergénicos y componentes químicos nocivos para la salud, como el monóxido de carbón o el plomo, más frecuentes en viviendas antiguas con cocinas y sistemas de calefacción viejos (…)".
este informe, como muchos otros, no cafetera, pero, constatar y afirmar una relación causal directa entre la pobreza energética y las afectaciones a la salud, aunque otros estudios, como el citado, sí se encuentran en condiciones de hacer. la relación, pues, es clara entre la pobreza energética y las afectaciones a la salud.
Los datos sobre pobreza energética recogidas por Cruz Roja en su encuesta nos dicen que un 61,8% afirma tener dificultades para mantener la temperatura del hogar: una 38,4% en invierno, una 21,6% durante todo el año y un 1,8% en verano.
Lo más destacado, pero, es el det de que desde el 1º estudio del Observatorio de la Vulnerabilidad en 2011, la pobreza energética ha aumentado un 20%.