A finales de marzo de este año, el diario el País publicaba estas recopilación de datos sobre pobreza energético en España.

Vamos por partes y veamos qué nos dicen las gráficas:

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Esta primera gráfica nos aporta información muy visual y fácil de entender. Por un lado, la línea amarilla nos informa de la evolución de los ingresos de los hogares españoles. Vemos como a partir de 2007, los ingresos suben pero con menos intensidad. A partir de 2008 puede observar, en pleno estallido de la crisis, los ingresos de los hogares españoles comienzan a descender de forma muy significativa.

A su vez, la línea verde presenta una tendencia y evolución claramente opuesta. La línea nos habla del gasto de los hogares en energía. A partir de 2007, el gasto de los hogares se dispara en mucha mayor proporción que no bajan los ingresos. Esto indica claramente que los costes de la energía, lejos de mantenerse, suben en plena crisis económica.

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Esta gráfica también nos aporta una información muy valiosa. Nos indica de forma muy clara cuál es la proporción de ingresos que los hogares deben destinar a pagar la energía. Vemos como hasta el 2007, la tendencia es decreciente: relacionado con la tendencia creciente de los ingresos de los hogares que hemos podido observar en la gráfica anterior. A partir de 2007, la proporción de hogares que destinan un 5% o más a pagar la energía sube de forma evidente. Podemos identificar aumentos de casi el 100% en todos los grupos. La pobreza energética, pues, ha aumentado un 100% entre 2007 y 2012.

breve análisis

Vemos que la relación entre aumento de la pobreza energética e ingresos de los hogares más precio de la energía es muy estrecha. Las tendencias que muestran las dos gráficas presentan unas tendencias claramente identificables.

La pobreza energética tiene varias causas. Una la encontramos en el mal aislamiento de los hogares y sus equipos térmicos, muchas veces insuficientes y muy poco eficientes. Ahora bién, cuando analizamos un periodo de tiempo tan corto como 5 años, donde podemos presumir que la mayoría de la población no se ha cambiado de casa, es decir, la mayoría de los que a 2007 vivien en una casa, aún vivían en 2012- y que las condiciones de habitabilidad son prácticamente las mismas, debemos desestimar las condiciones de aislamiento y de equipamiento térmico como factor explicativo, menos principal, del aumento tanto marcado que observamos. Tampoco hay cambios climáticos suficientemente significativos como para explicar este aumento del 100% de las personas que sufren pobreza energética.

Los factores sociales y políticos son, pues, factores elementales para entender el incremento de la pobreza energética y donde hay que buscar las claves estructurales para acabar con esta problemática.