Los datos del informe estadístico sobre pobreza energética en Inglaterra muestran la relación de esta problemática con otras problemáticas sociales relacionadas con la exclusión social y la pobreza.
Podeis consultar el informe completo aquí.
Analizando los factores que generan pobreza energética, lo que en inglés llaman los "drivers", vemos qué parte de los hogares ingleses se encuentran en situación de pobreza en función a diversas variables. Estos factores son básicamente tres: el estado de los edificios, los ingresos del hogar y el coste de la energía. Estadísticamente es muy complicado determinar cuánta gente vive en pobreza energética en base a la evolución del coste de la energía, sino se pone en relación a otros factores. Para ello se analizan los otros dos: estado de los edificios y situación social de los hogares.
En cuanto a las condiciones sociales
Las hogares con menores ingresos son los que sufren más pobreza energética. Si dividimos la población inglesa en 10 grupos en base a los ingresos, vemos que el 90% de las personas que sufren pobreza energética se encuentran en los 4 primeros grupos de menores ingresos. Del primer decil, lo que corresponde a los hogares de menores ingresos, casi la mitad sufren pobreza energética. Los hogares del primer decil más pobre, tienen el triple de posibilidades de sufrir pobreza energética que los hogares de los tercer y cuarto grupo de menores ingresos. Los ingresos del hogar es el principal factor para definir situaciones de pobreza energética, al menos en Inglaterra.
En cuanto a la relación con la actividad, se ve como el 30% de los hogares en paro sufren pobreza energética, el grupo más numeroso. El 12% de los hogares que sufren pobreza energética son parados, por 4% de todos los hogares ingleses. Esto quiere decir que los hogares parados tienen el triple de probabilidades de sufrir pobreza energética.
El tipo de núcleo también es determinante, el 20% de los hogares monoparentales con hijos sufren pobreza energética. El grupo más numeroso. Seguidamente vienen las parejas con hijos y las personas solas. Los dos primeros grupos que sufren más pobreza energética son los núcleos con niños.
En cuanto al estado de los edificios
Vemos que sólo el 9% de los hogares calificados con distintivos A, segundo, C o D de eficiencia energética sufren pobreza energética. El 81% de los hogares con pobreza energética viven en viviendas con calificaciones de E,F o G. La calificación energética de los edificios, pues, determinante y ONU.
Según la superficie del hogar, aquellas que padecen más pobreza energética son las que viven en viviendas de entre 90 y 100 metros cuadrados.
En cuanto a la edad de los edificios, se observa una marcada relación inversa entre la edad de las edificaciones y la pobreza energética de los hogares que viven. Más viejos los edificios, más personas sufren pobreza energética.
las tendencias
El estudio muestra la evolución de algunos de estos indicadores entre 2003 y 2012. Presentamos los datos que nos parecen más relevantes y indicativos de las tendencias que cabe esperar relacionadas con acontecimientos contemporáneos. Lo primero que llama la atención es que la pobreza energética ha aumentado en el grupo de personas trabajadoras. Este es un indicador preocupante que evidencia la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, más aún si lo ponemos en relación al aumento de los precios de la energía, sobre todo en el estado español.
No es casual que el término sociológico working poors haya nacido en Inglaterra, ya que a raíz de los gobiernos conservadores entre los '80 y '90, el poder adquisitivo de las clases trabajadoras bajó debido a la bajada de los salarios. precisamente, fue la época donde nació, también en Inglaterra, el término pobreza energética, a raíz de la liberalización del sector.
Entre 2003 y 2012, la pobreza energética también ha aumentado en el grupo de parejas con hijos. Relacionado a la pérdida de poder adquisitivo y la precarización del mercado de trabajo, las familias con más demandas energéticas son las que más han sufrido el aumento de esta problemática. Especialmente punzante es el hecho de que aumente precisamente en los hogares donde hay niños.
Esta evolución entre 2003 y 2012 nos muestra unos datos contextualizados en un descenso general de la pobreza energética en Inglaterra, pero ¿qué pasa en la actualidad?
las proyecciones que se realizan en el estudio por los años 2013 y 2014 muestran como después de un periodo de bajada de la pobreza energética, esta repunta a partir de 2012. habrá que ver, pues, en el siguiente informe, si las tendencias descritas a partir de datos estadísticos profundizan en la precariedad de los hogares con empleo y de los hogares con niños.
Como vemos , la pobreza energética no puede desligarse del contexto social en el que se produce ni tampoco de otras problemáticas sociales asociadas. Como bién sabemos, la exclusión social no es un factor monocausal ni unívoco, puede tener muchos procesos, causas y manifestaciones. La pobreza energética es una que, como vemos, es indicadora y resultado de otros problemas asociados a la pobreza y la exclusión.
Al mismo tiempo, la pobreza energética puede venir desencadenada por factores habitacionales, estos, pueden ser causa o amplificadores de la problemática, pero sea como sea, la falta de recursos económicos –relativa a los precios de la energía– es un factor permanente en las problemáticas de pobreza energética, tanto si la entendemos como una situación o como un riesgo.
Hay, pues, que articular políticas de carácter general contra la exclusión social y la pobreza, pero también específicas para la lucha contra la pobreza energética: mejora de la eficiencia de las viviendas, lucha contra la exclusión energética para empoderar a los consumidores y, sobretodo, articular políticas que regulen el mercado energético y las grandes empresas del sector.