hace 172 años se dio el primer caso de pobreza energética documentado de la humanidad, generado por causas sociales y no naturales. Este caso nos permite analizar qué pasa hoy con la pobreza energética.
Hace unos días leí con gran satisfacción este artículo de la Directa titulado "La desposesión de las piñas" (en catalan).
En él se explica el primer caso documentado de pobreza energética de la humanidad, hace 172 años en Alemania. En aquella época, las personas iban a los bosques a buscar leña para cocinar, calentarse y realizar las tareas de su vida cotidiana. Todos realizaban esta tarea de forma libre y gratuita, ya que la leña era un recurso de propiedad común, que todo el mundo podía hacer uso. Acceder a la leña era vital.
El siglo XIX significó la implantación del capitalismo y la propiedad privada. Muchas tierras comunales, de propiedad común, que permitían la supervivencia de los campesinos, fueron privatizadas. También se privatizaron algunos de sus frutos. así, el 1842 apareció una ley contra los robos de leña. Coger leña del bosque ahora estaba prohibido, ya que se privatizó la leña. Este hecho está estrechamente ligado a los procesos de acumulación originaria del capitalismo, que consisten en mercantilizar espacios tradicionalmente no mercantiles a través de la privatización de la propiedad común.
Este recurso natural, antes de propiedad común, pasó a ser privatizado y convertido en mercancía. La principal fuente de energía empleada en los hogares se convirtió en una mercancía, pasó de ser propiedad de todos y de uso libre, a ser propiedad de unos pocos y de uso restringido. Ahora había que comprar lo que antes se podía coger.
La mercantilización del recurso, pues, excluyó a la población más precaria del acceso a la energía. Además, se constituyó un cuerpo legal punitivo aplicado por los guardabosques que velaban el cumplimiento de ley que beneficiaba a los terratenientes y perjudicaba a los campesinos, sobre todo los más pobres.
Esto generó el primer caso de pobreza energética documentado, hace 172. Una pobreza energética no generada por una falta de leña en los bosques dado un fenómeno natural, sino por un proceso social de privatización de los recursos naturales, en este caso, un recurso renovable. No es una cuestión natural, que pase, sinó que la pobreza energética es fruto de decisiones humanas, en este caso, de una ley.
por eso se propone emplear el término desposesión energética en lugar del término pobreza. El término desposesión refuerza la idea de unas causas sociales de la pobreza energética, refuerza la idea de que las personas no pueden acceder a la energía por motivos humanos. Al igual que la leña, la energía eléctrica antes era pública, es decir, de todos. Con la privatización del sector pasó como con la leña: la energía se ha convertido en una mercancía en manos de unos pocos. Su propiedad comunal respondía al hecho de que era un recurso básico y todos consensuaba que debía ser de libre acceso dada su importancia vital. Al privatizarse, su importancia quedó ligada a una cuestión puramente comercial y de poder, pasando su relevancia para el sostenimiento de la vida humana en un segundo plano.
la leña, la energía, era de todos y todo el mundo la podía disfrutar, todos eran propietarios, todos la poseían. Una ley dirigida a garantizar el control privado sobre los recursos naturales despojó, de repente, a la ciudadanía de un recurso de primera necesidad.
El termino despossessión, pues, llega y aporta una dimensión sustantiva al concepto de pobreza energética que profundiza en el fenómeno. Le da una carga de dominación que explica, aún mejor, los procesos sociales existentes en la base de esta problemática: privatización de recursos naturales, mercantilización, beneficios privados, desigualdad social, entre otros.