Pobreza energética

pobreza; la expresión de las desigualdades sociales, la realidad palpable de una sociedad desigual donde sectores de la población, cada vez más amplios, padecen carencias materiales y privaciones de lo considerado básico.

La pobreza energética es una de las diversas manifestaciones de la pobreza y se concentra en la población más vulnerable. Quien sufre pobreza energética, sufre otras privaciones. Esta manifestación particular de la exclusión social permite acepta una mirada de foco cerrado dado que hay causas y consecuencias particulares que permiten una mejor análisis, sin olvidar nunca su inserción en un contexto biográfico de exclusión más amplio.

Se concreta en el hecho de que quienes la padecen tienen dificultades para acceder al consumo de energía. Esto tiene graves implicaciones en la vida de las personas, ya que:

  • no pueden encender la calefacción y mantener el hogar a una temperatura de confort,
  • sufren impagos en las facturas de la luz y se agravan las deudas,
  • se desarrollan y empeoran ciertas problemáticas de salud o,
  • directamente, se les cortan los suministros y se quedan sin luz, agua y / o gas.

Disponer de energía y agua en el hogar es un elemento básico para poder disfrutar de una vida con unos mínimos de confort, salud y salubridad. La mayoría de nosotros damos por supuesto el tener acceso a la energía y el agua y nos cuesta imaginarnos vivir sin ellas.

Os imaginais pasando frio en vuestra casa?

Os imagináis sin agua caliente?

Os imagináis sin agua?

Esta es la realidad cotidiana de muchas personas que viven en nuestros pueblos y ciudades.

 

Cómo hemos llegado hasta aquí?

Esta no es una realidad nueva. Siempre ha habido hogares con dificultades para hacer frente al pago de los suministros o para mantener el hogar a una temperatura adecuada. Ahora bién, actualmente la magnitud de esta problemática se ha vuelto tan grande que merece una especial atención.

En la definición de pobreza energética hay dos elementos principales: los relacionados con la vivienda y los relacionados con factores económicos -donde también entran consideraciones relacionadas con aspectos legales, de configuración del precio y características del mercado. Las problemáticas económicas son bien conocidas y se derivan de la falta de puestos de trabajo, de la bajada de prestaciones y ayudas sociales, de la cronificación de situaciones de exclusión y la retirada del estado del bienestar, entre otras. Además:

  • La mitad de nuestro parque de viviendas se construyó antes de la existencia de normativas térmicas. Además, los barrios más desfavorecidos se caracterizan por la existencia de vivienda pública construida durante la dictadura, con materiales de baja calidad y un pésimo aislamiento.
  • El precio de la vivienda en España es muy elevado. Fruto de la burbuja inmobiliaria, el precio de la vivienda subió mucho y muchos hogares arrastran deudas a las que deben dedicar la mayor parte de los ingresos mensuales.
  • En España el precio del consumo de electricidad y el gas es de los más caros de Europa, lo que deja a buena parte de la población fuera del acceso a un bien básico como es la energía. Esto se debe a un mercado oligopolístico que no se rige por la oferta y la demanda, sino por el gran poder que acumulan unas pocas empresas y la connivencia con los poderes públicos (lo que se conoce popular y mediáticamente como las puertas giratorias)
  • existe un important desajuts entre las tarifas y modalidades contratadas con las necesidades reales de la población. En general tenemos más potencia contratada de la necesaria, contratamos sin saberlo servicios extra, pagamos el precio de la energía más caro de lo necesario,,.. y todo debido al desconocimiento general del sector y de las técnicas agresivas de los comerciantes.

 

Qué podemos hacer?

Está claro que la lucha contra la pobreza requiere una intervención integral, desde una visión micro hasta una macro y en todos los ámbitos de intervención. Son necesarias modificaciones políticas, legales y estructurales y también actuaciones centradas en las personas. Hay que mitigar sus efectos urgentes y hay que ser pro-activos y estratégicos. Desde nuestra posición y capacidad intentamos articular este doble escenario de acción:

  • Desde la óptica micro, la de las personas, formamos los colectivos vulnerables en la mejora de la eficiencia energética en los hogares y medidas de ahorro, pero también en entender su factura y ayudarles a destapar engaños de las empresas energéticas. En definitiva, en convertir-nos en usuarios más formados e informados.
  • Desde la óptica macro, intentamos formar a la ciudadanía no sólo en medidas de eficiencia energética, sino en el funcionamiento del mercado y en el conocimiento de sus derechos. El arma más potente de los oligopolios es nuestra ignorancia. este proyecto, además, pretende ser una herramienta de concienciación ciudadanía y de incidencia.